«Todo lo que en mí conspire a romper la unidad y la continuidad de mi vida, conspira a destruirme y, por lo tanto, a destruirse. Todo individuo que en un pueblo conspira a romper la unidad y la continuidad espirituales de ese pueblo, tiende a destruirlo y a destruirse como parte de ese pueblo. ¿Qué tal otro pueblo es mejor? Perfectamente, aunque no entendamos bien qué es eso de mejor o peor. ¿Que es más rico? Concedido. ¿Que es más culto? Concedido también. ¿Que viva más feliz? Esto ya…; pero, en fin, ¡pase! ¿Que vence, eso que llaman vencer, mientras nosotros somos vencidos? Enhorabuena. Todo está bien, pero es otro. Y basta. Porque para mí, el hacerme otro, rompiendo la unidad y la continuidad de mi vida, es dejar de ser el que soy, es decir, es sencillamente dejar de ser. Y esto no: ¡todo antes que esto!».
miércoles, 24 de agosto de 2011
domingo, 19 de junio de 2011
Moixeranga d'Algemesí.
Els Castelleres es una fiesta muy catalana, todo un signo de identidad de este pueblo, pero lo malo es que nos encontramos con otra megalomanía, tan enorme como los castillos que hacen los hombres en esa fiesta.
Els Castellers tiene su origen en, LA MUIXERANGA DE ALGEMESÍ
Con respecto al nombre, el nombre original de esta fiesta es el de, Ball de Valencians, (Baile de Valencianos), tal como lo relatan las viejas crónicas.
La muixeranga no tuvo un nacimiento religioso pero acabó siendo absorbida por ella, y más que una danza propiamente dicha es un conjunto de cuadros plásticos en intencionalidad representativa.Moixaranga
En 1724 encontramos la primera relación con la procesión de la Madre de Dios de la Salud y la celebración de las primeras fiestas solemnes en honor a ella, que podría ser la vinculación más antigua con la Fiesta. Es por eso que encontramos muixerangues de la época pagana, como la “torreta”, y de la religiosa como la “Maria”. No obstante, gracias al patrocinio de la iglesia, se ha mantenido y se ha enriquecido la muixeranga, casi exclusivamente la procesión de la Madre de Dios de Algemesí. Las Procesiones de la Madre de Dios de la Salud, la Fiesta Mayor de Algemesí son los días 7 y 8 de septiembre.Moixaranga
La Ribera del Júcar, cuna y origen de los castillos, es una inmensa superficie totalmente plana, de tierras fértiles y marjal. Esto explicaría en parte la utilidad de alzar pequeñas torres de gente en tal de escalar fortificaciones, comunicarse, ver el enemigo... En una posterior evolución, estas torres derivarían en una manifestación lúdica llevada a término por los juglares a modo de ejercicios gimnásticos. Sobre la presencia de muixerangues en otros pueblos del Reino de Valencia, es preciso citar Peñíscola, Titagüas y, según el más reciente descubrimiento de los estudiosos locales, también la Olleria.
Moixaranga
De todas las maneras, los primeros testimonios escritos los encontramos hacia el siglo XV, siglo de Oro de nuestro Reino, donde la Muixeranga hacía sus representaciones en los intermedios de los teatros para entretener al público.
Los miembros son un grupo de hombres, de todas las profesiones, dirigidos por un maestro, que se encarga con autoridad incontestable de la coordinación de los montajes del baile, torres y figuras, de los ensayos previos y de admitir el personal que se incorpora. Hombres de fuerza y habilidad, en tiempo pasados, cargadores y obreros de villa de profesión. Esto nos da un cierto carácter gremial de la muixeranga.
Son casi míticos los tiempos en que fue cabeza de la Muixeranga el “tío” Enric “Cabrera” allá por los años veinte, y entre los cuarenta y los setenta, Llorca “El Barber”.
Un poco antes del año '73 la Muixeranga tuvo una caída, en gente yMoixaranga popularidad pero después de ese año un nuevo grupo de gente, entristecida por la ausencia de la Muixeranga en la procesión, y motivada por su gran vocación religiosa, agarra el testigo, y encabezó la procesión el día siguiente como era y es tradición.
Este grupo, liderado por el maestro Tomás Plà, constituyó la Asociación de Amigos de la Muixeranga, y merecen el agradecimiento de todos por haber mantenido la Muixeranga viva hasta hoy en día.
El hecho de efectuar esass torres humanas, procede de un baile valenciano muy antiguo (que no era una sardana ¡claro!), en el que al final del mismo, los danzarines forman una torre humana como colofón. De hecho al principio de su importación por parte de los tarraconenses, a estas torres se las conocían como, "El Ball de Valencians", "El Baile de Valencianos"
Moixaranga
Dichas torres humanas adquirieron carácter institucional en el campo de Tarragona, primero y en toda Cataluña después, por cuanto consta documentado en la Vila de Alcoceber (1789) de un "Casteller" al que le decían, Caragol.
Si queréis leer más sobre el tema, podéis consultar la, Gran Enciclopedia Catalana, Tomo 6, página 424, y en el Tomo 8, página 456.
La indumentaria consta de una blusa ceñida y recta, abotonada por delante, pantalones largos, bonete orejudo y espardeñas de suela delgada. La tela es basta y fuerte a tiras verticales bermejos y azules sobre fondo de rallas blancas en disposición arlequinada, exceptuado el vestido del maestro, que lleva cada pieza de un sólo color. Es la tela vulgarmente llamada de matalaf, y está claro que antes era de tiras bermejas irregulares sobre fondo blanco, sin tanto color.
SUBIDAS Y FIGURAS:
Moixaranga
1. Las Torres Humanas o Subidas
• L’ALTA
• TOMASINA
• MORERA
• CINC EN PEU
• LA VOLANTINERA
2. Figuras plásticas
• LA SENIA
• MARIA ALTA
• LA FONT
• EL GUIO
• L’ENTERRO
• EL RETAULE
• LA MARIETA
3. Otras Figuras
• PI DE CINC
• BANQUET
• PINET
• L’OBERTA
• EL BALL
• L’ALTA DE SIS
¡VIXCA EL BALL DE VALENCIANS, o siga ELS CASTELLERS!
Sólo volver a decir que cuando un lugar no tiene cultura, tradición ni nada propio, tiene que usurpar las raíces de los pueblos de sus alrededores.
Extraído de Llenguavalencianasi
Extraído de Llenguavalencianasi
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Moixeranga d'Algemesí,
Regne de Valéncia
sábado, 18 de junio de 2011
Videos humoristico-historicos desde Aragón.
Desde la televisión pública aragonesa, nos llegan vídeos en tono humorístico y reivindicativo sobre una injusticia histórica que desde el Reino de Valencia llevamos años denunciando: las mentiras y falacias del pancatalanismo que pretende asentarse en Cataluña y destruir la identidad catalana y del conjunto nacional.
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Humor Disidente,
Reino de Oregón
martes, 22 de marzo de 2011
La nostra naturalea lluitadora
«Las guerras son una canallada, ¿sabe? Padecí mucho en Rusia, donde tuve que soportar hasta 40 grados bajo cero. ¡Con lo friolero que he sido yo!», cuenta Ángel Medina, nacido en Torrent en 1919, mientras se ajusta la bufanda en el local que la Hermandad de Combatientes de la División Azul tiene en Valencia. Cuando está a punto de cumplir 92 años, Ángel es uno de los últimos supervivientes, apenas una veintena quedan ya en la Comunitat Valenciana, de los casi 50.000 españoles que lucharon en el frente ruso entre 1941 y 1943 en las filas del ejército alemán contra la Unión soviética.
En el refugio de los ex combatientes parece que no haya pasado el tiempo. Los retratos, mapas y cuadros que pueblan paredes y mesas siguen anclados en aquella guerra en la que el «general invierno» doblegó a la todopoderosa «Wehrmacht» de Hitler al igual que había hecho 125 años antes con la «Grande Armée» de Napoleón. Y entre todas las fechas tachadas en el calendario, el 10 de febrero de 1943 ha quedado marcado a fuego para siempre en la memoria de los divisionarios.
A las 6.40 horas de ese día, Stalin desató una ofensiva sobre Krasny Bor, el «Bosque Rojo», uno de los arrabales de San Petersburgo que ocupaban los soldados españoles, con el fin de romper el cerco alemán que asfixiaba a la entonces Leningrado. Precedidos por una tormenta de acero de dos horas, en las que casi un millar de piezas de artillera rusa vomitaron obuses en un frente de cinco kilómetros con una cadencia de un proyectil cada 10 segundos, unos 44.000 soldados soviéticos se abalanzaron sobre unas trincheras que defendían 5.900 efectivos de la División Azul. Pese al evidente desequilibrio, de uno a siete, las tropas españolas, que estaban mejor armadas, frenaron el avance a costa de un alto precio.
En un único día, uno de cada cinco de los 5.000 divisionarios para los que Rusia fue una tumba, habían regado con su sangre el «Bosque Rojo». Valero Sebastián, que nació en Chulilla hace 87 años, es uno de los valencianos, junto a Ángel Medina, que salieron con vida de Krasny Bor. «La batalla la ganamos nosotros, aunque con muchas bajas, pero ellos tuvieron muchas más».
La tumba del Bosque Rojo
Se estima que 11.000 soldados rusos murieron en aquella victoria pírrica, mientras que solo ese fatídico 10 de febrero la División Azul sufrió más de de 2.000 bajas —1.125 muertos, 91 desaparecidos y 1.036 heridos—, a las que habría que sumar otro millar en las escaramuzas que siguieron a la batalla y que se prolongaron durante más de un mes. Además, otros 300 españoles fueron hechos prisioneros por el Ejército Rojo, muchos de los cuales no volverían a España hasta 1954, tras 12 años de trabajos forzados en el archipiélago Gulag de Stalin.
A Medina solo le salen dos palabras cuando se le pregunta por Krasny Bor: «fatal» y «desesperación». De aquello guarda como «recuerdo» dos heridas de metralla, una en la pierna y otra en la espalda. «Aún llevo dentro el metal», dice mientras muestra la cicatriz de su pierna.
Valero, que pertenecía a una sección especial de asalto, relata que la víspera de la batalla «nos llevaron a limpiar de nieve una de las trincheras de evacuación, la ofensiva les sorprendió en una posición abandonada con una pieza del 88 «en la que había dos soldados muertos».
Cuenta, a propósito de un golpe de mano que dieron en abril de 1943, que cuando se entraba en combate «era un desastre, porque estabas a cuerpo descubierto atrapado en el fuego cruzado de dos artillerías, la nuestra y la rusa».
También recuerda que días antes, el 19 de marzo, les despertaron con «un buen bombardeo», al que bautizaron como la «despertà» en un arrebato de nostalgia por el día en que en su lejana tierra se quemaban las fallas.
Esta no es la primera evocación «fallera» , pues uno de los divisionarios valencianos más ilustres, el cineasta recientemente fallecido Luis García Berlanga, en las memorias que le escribió en 2005 el también director desaparecido Jess Franco, relata que los «órganos de Stalin», como llamaban a los cañones soviéticos, «al principio, me sonaron a las tracas de Valencia, pero no eran festivos, sino mortíferos. Eran como las Fallas, con sus luces y sus sonidos, pero con asesinato».
«La guerra la ganó el frío»
Pero el gran enemigo fue el «frío», señalan de forma unánime Valero, Ángel, y otros dos ex combatientes valencianos, Florencio Fernández, de 93 años, que sirvió en la Escuadrilla Azul
— la fuerza aérea de la División—, en el frente de Moscú, y Antonio Sahuquillo, de 91 años, que participó en el cerco de Leningrado.
Valero revive, que a -40º C, «no podías cerrar los ojos en las trincheras, porque se te quedaban pegadas las pestañas». «El primer y el último problema era el frío —continúa—, raro es el que no ha estado en trincheras sin sufrir un principio de congelación». Así, Antonio camina con bastón porque arrastra un pie dañado por el frío: «Me moje una pierna al pisar una placa de hielo que se rompió, con lo que el pie se congeló». Florencio, apunta que «si tocabas la hélice de un caza con la lengua te quedabas pegado a ella», dice que llevaban manoplas «porque con guantes se congelaban los dedos».
En estas condiciones algo tan básico como hacer de vientre era toda una odisea, pues podías quedarte congelado en el intento. Berlanga escribió que una vez creyó que se había pinchado con una bayoneta, cuando «era nuestra mierda, que al helarse había formado una estalagmita puntiaguda».
El presidente de la Hermandad de Valencia, Fernando de Zárate, hijo y sobrino de dos divisionarios ya fallecidos, señala que la mayoría de los 5.000 caídos murieron por congelación, especialmente en el invierno de 1942, cuando se alcanzaron los –54º». «La guerra la ganó el frío», sentencia.
Levante.
En el refugio de los ex combatientes parece que no haya pasado el tiempo. Los retratos, mapas y cuadros que pueblan paredes y mesas siguen anclados en aquella guerra en la que el «general invierno» doblegó a la todopoderosa «Wehrmacht» de Hitler al igual que había hecho 125 años antes con la «Grande Armée» de Napoleón. Y entre todas las fechas tachadas en el calendario, el 10 de febrero de 1943 ha quedado marcado a fuego para siempre en la memoria de los divisionarios.
A las 6.40 horas de ese día, Stalin desató una ofensiva sobre Krasny Bor, el «Bosque Rojo», uno de los arrabales de San Petersburgo que ocupaban los soldados españoles, con el fin de romper el cerco alemán que asfixiaba a la entonces Leningrado. Precedidos por una tormenta de acero de dos horas, en las que casi un millar de piezas de artillera rusa vomitaron obuses en un frente de cinco kilómetros con una cadencia de un proyectil cada 10 segundos, unos 44.000 soldados soviéticos se abalanzaron sobre unas trincheras que defendían 5.900 efectivos de la División Azul. Pese al evidente desequilibrio, de uno a siete, las tropas españolas, que estaban mejor armadas, frenaron el avance a costa de un alto precio.
En un único día, uno de cada cinco de los 5.000 divisionarios para los que Rusia fue una tumba, habían regado con su sangre el «Bosque Rojo». Valero Sebastián, que nació en Chulilla hace 87 años, es uno de los valencianos, junto a Ángel Medina, que salieron con vida de Krasny Bor. «La batalla la ganamos nosotros, aunque con muchas bajas, pero ellos tuvieron muchas más».
La tumba del Bosque Rojo
Se estima que 11.000 soldados rusos murieron en aquella victoria pírrica, mientras que solo ese fatídico 10 de febrero la División Azul sufrió más de de 2.000 bajas —1.125 muertos, 91 desaparecidos y 1.036 heridos—, a las que habría que sumar otro millar en las escaramuzas que siguieron a la batalla y que se prolongaron durante más de un mes. Además, otros 300 españoles fueron hechos prisioneros por el Ejército Rojo, muchos de los cuales no volverían a España hasta 1954, tras 12 años de trabajos forzados en el archipiélago Gulag de Stalin.
A Medina solo le salen dos palabras cuando se le pregunta por Krasny Bor: «fatal» y «desesperación». De aquello guarda como «recuerdo» dos heridas de metralla, una en la pierna y otra en la espalda. «Aún llevo dentro el metal», dice mientras muestra la cicatriz de su pierna.
Valero, que pertenecía a una sección especial de asalto, relata que la víspera de la batalla «nos llevaron a limpiar de nieve una de las trincheras de evacuación, la ofensiva les sorprendió en una posición abandonada con una pieza del 88 «en la que había dos soldados muertos».
Cuenta, a propósito de un golpe de mano que dieron en abril de 1943, que cuando se entraba en combate «era un desastre, porque estabas a cuerpo descubierto atrapado en el fuego cruzado de dos artillerías, la nuestra y la rusa».
También recuerda que días antes, el 19 de marzo, les despertaron con «un buen bombardeo», al que bautizaron como la «despertà» en un arrebato de nostalgia por el día en que en su lejana tierra se quemaban las fallas.
Esta no es la primera evocación «fallera» , pues uno de los divisionarios valencianos más ilustres, el cineasta recientemente fallecido Luis García Berlanga, en las memorias que le escribió en 2005 el también director desaparecido Jess Franco, relata que los «órganos de Stalin», como llamaban a los cañones soviéticos, «al principio, me sonaron a las tracas de Valencia, pero no eran festivos, sino mortíferos. Eran como las Fallas, con sus luces y sus sonidos, pero con asesinato».
«La guerra la ganó el frío»
Pero el gran enemigo fue el «frío», señalan de forma unánime Valero, Ángel, y otros dos ex combatientes valencianos, Florencio Fernández, de 93 años, que sirvió en la Escuadrilla Azul
— la fuerza aérea de la División—, en el frente de Moscú, y Antonio Sahuquillo, de 91 años, que participó en el cerco de Leningrado.
Valero revive, que a -40º C, «no podías cerrar los ojos en las trincheras, porque se te quedaban pegadas las pestañas». «El primer y el último problema era el frío —continúa—, raro es el que no ha estado en trincheras sin sufrir un principio de congelación». Así, Antonio camina con bastón porque arrastra un pie dañado por el frío: «Me moje una pierna al pisar una placa de hielo que se rompió, con lo que el pie se congeló». Florencio, apunta que «si tocabas la hélice de un caza con la lengua te quedabas pegado a ella», dice que llevaban manoplas «porque con guantes se congelaban los dedos».
En estas condiciones algo tan básico como hacer de vientre era toda una odisea, pues podías quedarte congelado en el intento. Berlanga escribió que una vez creyó que se había pinchado con una bayoneta, cuando «era nuestra mierda, que al helarse había formado una estalagmita puntiaguda».
El presidente de la Hermandad de Valencia, Fernando de Zárate, hijo y sobrino de dos divisionarios ya fallecidos, señala que la mayoría de los 5.000 caídos murieron por congelación, especialmente en el invierno de 1942, cuando se alcanzaron los –54º». «La guerra la ganó el frío», sentencia.
Levante.
- - O - -
«La historia siempre la escriben los que ganan las guerras», reflexiona Florencio Fernández, uno de los valencianos de la División Azul. Hoy, tras conocerse las atrocidades cometidas por los nazis, tal vez sea difícil justificar el por qué miles de de españoles, la mayoría de ellos falangistas, combatieron en el ejército de Hitler. Sin embargo, Florencio y los otros tres ex combatientes valencianos coinciden en señalar que se fueron voluntarios por sus «ideales anticomunistas».
«Los rojos se lo robaron todo a mi madre durante la guerra, así que yo quería hacerles pagar a los comunistas el daño que nos habían hecho. Esa es la verdad, no tengo porque esconderla», apunta Ángel Medina.
En este sentido, el investigador alicantino Carlos Caballero, autor del libro «Atlas ilustrado de la División Azul (Ed. Susaeta), recuerda que «para quienes se sentían del bando ´nacional´, la Guerra Civil fue una agresión del comunismo ruso contra España». Además, en la C. Valenciana, que estuvo hasta el final bajo el Gobierno de la República, existían «muchas personas que tenían agravios contra ´el comunismo´ por la muertes de familiares debido a la represión, confiscaciones, prisión, etc..». Fernando de Zárate, presidente de la Hermandad de Combatientes, alude a este «afán de revancha» al revelar que a su abuelo, que era un alto cargo de Altos Hornos, y a un tío suyo, «los fusilaron los comunistas en Canet d´En Berenguer, por eso mi padre y su hermano se fueron a Rusia a combatir el comunismo». «Eran jóvenes de sangre caliente», apostilla. Caballero añade que otros «tuvieron que servir contra su voluntad en el Ejército Popular», como Antonio Sahuquillo, que cuenta que le quisieron «fusilar por fascista».
«El caldeado ambiente anticomunista» de aquella España de 1941, asegura Caballero, hizo que la mayoría se alistaran «de forma impulsiva» cuando el Ministro de Exteriores y jefe de Falange, Ramón Serrano Suñer, convenció a su cuñado, el general Franco, de que los voluntarios que quisieran se unieran al ejército alemán.
También contribuyó la euforia desatada cuando el 22 de junio Hitler lanzó la Operación Barbarroja de invasión de Rusia. Todos creían que la «Wehrmacht» doblegaría con su «Blitzkrieg» (Guerra relámpago) al Ejército Rojo en pocos meses. Prueba de ello es, narra Caballero, que en apenas 7 días, entre el 26 de junio que la Falange de Alicante abrió la recluta y el 2 de julio, «1.500 personas se alistaron» en esta provincia. Dos tercios de los voluntarios no pudieron marcharse por falta de plazas.
Cuando en 1942 se empezaron a enviar a Rusia batallones de relevo, muchos de los entusiastas de primera hora «declinaron alistarse». «Para entonces el momento de intensa emoción se había evaporado, pues ya se conocían muchos detalles sobre el frente ruso, como la dureza del clima o la extremadamente alta mortalidad», detalla.
Berlanga, divisionario por amor.
También hubo otros que, ya en democracia, afirmaron que se enrolaron por hambre o para sacar a familiares de la cárcel. Así, Luis García Berlanga sostenía que se alistó para evitar que fusilaran a su padre, que había sido senador y diputado republicano. Sin embargo, en sus confesiones a Jess Franco, contó en 2005 que «en el fondo, sabía que, sobre todo, hacía todo aquello por amor [...] a Rosario, una chica preciosa de la que estaba enamoradísimo y que parecía no hacerme ni puto caso. [...] me deje llevar por la literaria idea de que caería a mis pies, rendida de amor, al conocer mi gesto heroico. Cuando regresara de la guerra, ella estaría esperándome, loca de pasión. Y es cierto que lo estuvo, aunque por otro tío con quien se casó enseguida».
Muerte y resurrección del cabo Poquet
«4.045 días cautivo en Rusia». Así tituló Joaquín Poquet, un divisionario de Carcaixent ya fallecido, las memorias que público en 2001. El cabo Poquet fue dado por muerto en la batalla de Krasny Bor cuando en realidad cayó preso por una unidad del Ejército Rojo en la que «el 50% de efectivos, incluido su jefe, eran mujeres». Mientras sus padres y novia le guardaban luto y Carcaixent le dedicaba una calle, pasó un calvario de 12 años en los que recorrió hasta 18 gulags. En aquel infierno de campos de trabajos forzados de Siberia hizó amistad con familias judías de las repúblicas bálticas deportadas a campos de concentración «por sus liberadores del yugo antisemita alemán», e incluso con «rojos españoles» víctimas de las purgas estalinistas. En 1954 fue uno de los 219 prisioneros de la DA repatriados a España a bordo del «Semiramis». Carcaixent recibió como un héroe al resucitado, pero la burocracia franquista le reclamó el dinero que su familia había cobrado de más, ya que al no haber muerto en combate quedaba sin efecto su ascenso a sargento por méritos de guerra. r. m. valencia
Levante.
«Los rojos se lo robaron todo a mi madre durante la guerra, así que yo quería hacerles pagar a los comunistas el daño que nos habían hecho. Esa es la verdad, no tengo porque esconderla», apunta Ángel Medina.
En este sentido, el investigador alicantino Carlos Caballero, autor del libro «Atlas ilustrado de la División Azul (Ed. Susaeta), recuerda que «para quienes se sentían del bando ´nacional´, la Guerra Civil fue una agresión del comunismo ruso contra España». Además, en la C. Valenciana, que estuvo hasta el final bajo el Gobierno de la República, existían «muchas personas que tenían agravios contra ´el comunismo´ por la muertes de familiares debido a la represión, confiscaciones, prisión, etc..». Fernando de Zárate, presidente de la Hermandad de Combatientes, alude a este «afán de revancha» al revelar que a su abuelo, que era un alto cargo de Altos Hornos, y a un tío suyo, «los fusilaron los comunistas en Canet d´En Berenguer, por eso mi padre y su hermano se fueron a Rusia a combatir el comunismo». «Eran jóvenes de sangre caliente», apostilla. Caballero añade que otros «tuvieron que servir contra su voluntad en el Ejército Popular», como Antonio Sahuquillo, que cuenta que le quisieron «fusilar por fascista».
«El caldeado ambiente anticomunista» de aquella España de 1941, asegura Caballero, hizo que la mayoría se alistaran «de forma impulsiva» cuando el Ministro de Exteriores y jefe de Falange, Ramón Serrano Suñer, convenció a su cuñado, el general Franco, de que los voluntarios que quisieran se unieran al ejército alemán.
También contribuyó la euforia desatada cuando el 22 de junio Hitler lanzó la Operación Barbarroja de invasión de Rusia. Todos creían que la «Wehrmacht» doblegaría con su «Blitzkrieg» (Guerra relámpago) al Ejército Rojo en pocos meses. Prueba de ello es, narra Caballero, que en apenas 7 días, entre el 26 de junio que la Falange de Alicante abrió la recluta y el 2 de julio, «1.500 personas se alistaron» en esta provincia. Dos tercios de los voluntarios no pudieron marcharse por falta de plazas.
Cuando en 1942 se empezaron a enviar a Rusia batallones de relevo, muchos de los entusiastas de primera hora «declinaron alistarse». «Para entonces el momento de intensa emoción se había evaporado, pues ya se conocían muchos detalles sobre el frente ruso, como la dureza del clima o la extremadamente alta mortalidad», detalla.
Berlanga, divisionario por amor.
También hubo otros que, ya en democracia, afirmaron que se enrolaron por hambre o para sacar a familiares de la cárcel. Así, Luis García Berlanga sostenía que se alistó para evitar que fusilaran a su padre, que había sido senador y diputado republicano. Sin embargo, en sus confesiones a Jess Franco, contó en 2005 que «en el fondo, sabía que, sobre todo, hacía todo aquello por amor [...] a Rosario, una chica preciosa de la que estaba enamoradísimo y que parecía no hacerme ni puto caso. [...] me deje llevar por la literaria idea de que caería a mis pies, rendida de amor, al conocer mi gesto heroico. Cuando regresara de la guerra, ella estaría esperándome, loca de pasión. Y es cierto que lo estuvo, aunque por otro tío con quien se casó enseguida».
Muerte y resurrección del cabo Poquet
«4.045 días cautivo en Rusia». Así tituló Joaquín Poquet, un divisionario de Carcaixent ya fallecido, las memorias que público en 2001. El cabo Poquet fue dado por muerto en la batalla de Krasny Bor cuando en realidad cayó preso por una unidad del Ejército Rojo en la que «el 50% de efectivos, incluido su jefe, eran mujeres». Mientras sus padres y novia le guardaban luto y Carcaixent le dedicaba una calle, pasó un calvario de 12 años en los que recorrió hasta 18 gulags. En aquel infierno de campos de trabajos forzados de Siberia hizó amistad con familias judías de las repúblicas bálticas deportadas a campos de concentración «por sus liberadores del yugo antisemita alemán», e incluso con «rojos españoles» víctimas de las purgas estalinistas. En 1954 fue uno de los 219 prisioneros de la DA repatriados a España a bordo del «Semiramis». Carcaixent recibió como un héroe al resucitado, pero la burocracia franquista le reclamó el dinero que su familia había cobrado de más, ya que al no haber muerto en combate quedaba sin efecto su ascenso a sargento por méritos de guerra. r. m. valencia
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jueves, 17 de marzo de 2011
La España que viene, la que vivirán nuestros hijos.
ALMERÍA | Fátima K., marroquí de 24 años, fue detenida el miércoles
'Mató a su hijo por la vergüenza de tenerlo sin estar casada'
Los vecinos coinciden: "Fátima ocultó su embarazo hasta el último día porque lo veía como una vergüenza para su familia". M. es vecina de Fátima K., la marroquí de 24 años detenida el miércoles en El Ejido por el presunto homicidio de su propio bebé recién nacido, y está convencida de que el motivo del horrendo crimen ha sido la "vergüenza" que sentía la joven porque "iba a tener un hijo fuera del matrimonio".
La muchacha estaba separada de su marido "desde hacía unos dos años", señala la vecina. "Sus padres, con quienes vive, practican la religión musulmana, quizás son demasiado religiosos, y para ellos que tuviera un hijo no reconocido sería una humillación", añade M., otra joven marroquí, de 17 años, aunque nacida en El Ejido, quien dice conocer bien a la familia.
Conocidos de la joven y vecinos del número 7 de la calle Maestro José Ruiz, desde cuya azotea la joven arrojó, presuntamente, a su hijo recién nacido, y donde vivía desde hace muchos años su familia, coinciden al asegurar que nadie sabía del embarazo de la chica hasta el mismo día del crimen.
"Mi hija trabaja con ella, estaban todo el día juntas y no sabía que estaba embarazada, y estoy segura de que sus padres tampoco", dice A., vecina marroquí de la familia, que vive en el segundo piso del inmueble.
Y es que Fátima, según todos sus vecinos, estuvo trabajando hasta el último día en una empresa de la ciudad dedicada a la comercialización de plantas aromáticas, donde también trabajan su hermana Asisa y una vecina del mismo edificio, quien asegura que se enteró del embarazo tras conocer la detención de su amiga.
Hasan y Fátima, un matrimonio que reside en el mismo edificio, también dicen conocer bien a la familia de la joven homicida. "Los padres no sabían nada de su embarazo, seguro", afirman con convicción. También dudan de que supiera algo la hermana menor, Asisa, aunque Nieves, una vecina española del barrio, dice estar convencida de que, supuestamente, fue ella quien ayudó a parir a su hermana, así como a ocultar durante meses el embarazo.
Nieves y M., ambas vecinas del barrio, afirman saber "de buena tinta" que Fátima había usado, "al menos en los últimos cuatro meses, fajas para evitar que nadie supiera de su estado, para evitar la vergüenza de su familia, muy religiosa, quizás más de la cuenta".
"Así de cerrados somos todavía, por desgracia, los marroquíes, aunque otros muchos jóvenes no estamos de acuerdo con esta forma de pensar y, sin duda, hubiéramos tenido el hijo con todas sus consecuencias. Han querido que no se enterara nadie y ahora lo sabe todo el mundo, es una vergüenza", añade M.
Aunque algunos vecinos marroquíes del barrio se muestran reacios a creer que los padres de la chica no hubieran sabido nada de su embarazo hasta el miércoles, la mayoría piensa que la joven lo ocultó a todo el mundo hasta el final. «Si los padres lo hubieran sabido no habría pasado esto», afirma Mohamed, otro vecino de la zona quien no duda al considerar al padre de la joven como "una grandísima persona".
"Si, todos son buena gente", coinciden Hassan y F., otros dos vecinos del barrio, en las inmediaciones de la calle Manolo Escobar, que se ha convertido en los últimos años en una de las principales zonas de residencia de la colonia marroquí en El Ejido. Pero eso no es óbice para que el barrio marroquí deje de condenar lo sucedido. "Eso no se hace ni con los perros", exclama una joven.
El relato de los hechos
Según las primeras hipótesis, la noche del pasado martes, tras dar a luz en su casa, un tercer piso del número 7 de la calle Maestro José Ruiz de El Ejido, sola o con la ayuda de algún familiar, Fátima K. habría subido a la azotea del edificio para arrojar al recién nacido al pequeño hueco, de unos 50 centímetros, que separa el inmueble de otro contiguo, donde el pequeño quedó oculto.
Posteriormente, aquejada de una hemorragia y de fuertes dolores abdominales, acudió al servicio de Urgencias del Hospital de Poniente. Allí, de inmediato, los médicos descubrieron que acababa de alumbrar, por lo que alertaron al Cuerpo Nacional de Policía, aunque ella en un principio se negó a dar datos de dónde se encontraba su hijo y en qué estado.
Finalmente, después de que la Policía buscara al bebé por todo el edificio e incluso impidiera la recogida de la basura esa misma noche en toda la calle para buscar el cuerpo en los contenedores, la joven reconoció que había arrojado al niño al hueco entre los dos edificios, donde fue encontrado el miércoles por la mañana por los agentes.
En ese momento fueron detenidos sus padres, Mohamed K. de 52 años, y Marian L., de 45, así como su hermana menor, Asisa K., de 19 años, por su presunta relación con los hechos. El matrimonio tiene al menos otros tres hijos que no viven en el mismo domicilio.
Los tres nuevos detenidos debían declarar esta tarde en la Comisaría. La presunta homicida, tras ser dada de alta en el hospital ejidense, debía también prestar declaración ante la Policía y a continuación estaba previsto su ingreso en la prisión de El Acebuche por orden judicial.
Se espera que de la declaración de los padres, la hermana y la presunta homicida se pueda determinar exactamente cómo se produjeron los hechos, aunque también se está a la espera de conocer las causas exactas de la muerte del bebé, algo que determinará la autopsia del cuerpo, practicada el miércoles en el Instituto de Medicina Legal de Almería. En principio, todo apunta a que falleció a consecuencias de las heridas sufridas al ser arrojado desde la azotea de la casa donde nació minutos antes.
VIVA LA ALIANZA DE CIVILIZACIONES Y EL MULTICULTURALISMO.
Japón y la actualidad
Por los desgraciados motivos que todos conocemos, Japón se ha vuelto a ver sacudido por la desgracia. Un fuerte terremoto provocó un devastador tsunami, y la acción conjunta de ambos fenómenos naturales ha dañado una central nuclear. Japón se reencuentra con su pasado cercano, un pasado de peligro nuclear.
Pero recalco lo último de ese párrafo... REENCUENTRO: Parece que a los medios de comunicación sensacionalistas les encantan el cinismo,la manipulación etc.., y creo creer que es para vender más ejemplares, tener más visitas, oyentes o televidentes, que pregonan a los cuatro vientos titulares como:
Pero recalco lo último de ese párrafo... REENCUENTRO: Parece que a los medios de comunicación sensacionalistas les encantan el cinismo,
En relación con lo que tristemente acontece en Japón y las declaraciones de los medios, lanzaré una reflexión en voz alta:
¿Estamos ante otra muestra de barrido histórico, de revanchismo latente (en España sabemos bien de ello con la "Memoria Histórica"), que tiende a engañar al ciudadano queriendo vender estos sucesos como los más catastróficos de la historia de Japón? Pues todos sabemos que lo más duro en la Historia de Japón aconteció a finales de la IIGM y no fueron causas naturales, fue el dedo intimidador del Tio Sam quien decidió lanzar bombas nucleares contra Hiroshima y Nagasaki. EEUU ES CULPABLE de que Japón sea la única nación que ha sufrido un ataque nuclear. Fue culpable de crímenes contra la humanidad (término que ellos tanto usan), contra civiles indefensos ... como también hizo en Dresde. El ataque vino de EEUU, esa potencia "amiga de Occidente y de Europa", quien "nos salvó de los malos", quien domina ahora la ONU, la OTAN, el FMI, y demás organismos supranacionales. Quienes se creen legitimados a calificar de amigos o enemigos de la libertad a los demás países. Un país que tiene entre sus terroristas más buscados a un tal Gadafi, pero que un día deja de serlo y pasa a ser aliado, pero cuando la cosa se pone complicada, pasa a ser un tirano enemigo de las potencias democráticas.
Así podríamos seguir hasta mañana, pero no lo haremos. Vosotros, y cada vez más personas que consiguen escapar de estos medios de comunicación, sois capaces de continuar la lista. Triste larga lista.
Japón tiene 28.000 años de Historia, y como ya he expuesto, considero una temeridad decir que, por un intervalo de 66 años, esta es la mayor catástrofe de su historia.
Sin más me despido. Me marcho a comer algo por primera vez en mi vida .. desde hace 4 horas.
Paisajes de la Safor
El CEIC Alfons el Vell ha presentado para este 2011 un calendario ilustrado con preciosas fotografías de Luis Romero, ahí van:
Paisage de la Safor, en la Serra Falconera i la Serra Grossa:
Torre des Pares:
El Mondúver des de la Goleta de Xeraco:
Port de Gandia:
El Cingle Verd (La Drova):
Camp d'hortalisses:
Molló de la Creu:
Dunes de la plaja d'Oliva:
Monestir de Sant Jeroni de Cotalba:
Plaja de Xeraco
Ullal de la marjal de Xeresa
Vista general de Gandia:
Platja del Clotal d'Oliva:
Castell de Bairén:
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viernes, 11 de febrero de 2011
Kilómetro vertical de Gandia
El Mondúver (841 m.) fue coronado en décima edición del Kilómetro Vertical de Gandia, una carrera por montaña en la que participaron 713 corredores, aunque el total de inscritos -contando a quienes no luchaban por el título- era de 1.685 personas. La salida fue a las nueve de la mañana desde el Barranc de Beniopa.
El trazado de 11,8 kilómetros esta formado por pistas y sendas que penetraban por el imponente mar de nubes y superaba los 978 metros de desnivel positivo acumulado hasta la meta de la competición, la cima del Mondúver. Desde allí, aún quedaban cuatro kilómetros no competitivos de descenso hasta la Font de la Drova, zona de entrega de premios.
La carrera, organizada por el Club Alpí de Gandia.
Fotografías:
Superdeporte
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viernes, 30 de julio de 2010
Christopher LeMaitre - El orgullo de todo un continente.
Christophe Lemaitre, la antítesis del velocista
Es blanco, alto, delgado y con los músculos mucho menos marcados que sus rivales: Christophe Lemaitrecampeón de Europa de los 100 metros, busca otro título en los 200 y sueña con la marca de 9,92 segundos. es la antítesis del velocista, pero es ya
"Es la felicidad pura. Deseaba tanto obtener esta medalla", dijo radiante el joven francés de 20 años tras su triunfo el miércoles en los 100 metros del Campeonato de Europa de atletismo de Barcelona con una marca de 10,11 segundos. "Fue una brillante final", agregó el único blanco que ha podido bajar de la barrera de los diez segundos.
Cuando Lemaitre salió del interior del estadio tocado con un sombrero vaquero para contestar a las preguntas de los reporteros, dio mas la sensanción de ser un muchacho juguetón que un duro héroe de película. "La alegría de ser campeón de Europa es mucho mayor que la de correr por debajo de los diez segundos", dijo el estudiante de electrotécnica de Aix-les Bains, cuyo tiempo de 10,11 segundos fue el más lento de un oro Europeo desde hace 16 años.
Lemaitre, que puede lograr otras preseas doradas en 200 metros -la semifinal la ganó con facilidad en 20,64 segundos y los relevos 4x100- tiene la oportunidad de ser el atleta más exitoso de los campeonatos de Europa de Barcelona. "Queda todavía mucho trabajo por delante. Estoy ansioso", dijo Lemaitre, quien con sus 9,98 en los campeonatos de Francia ganó un título para la eternidad: ser el primer velocista blanco en correr los 100 metros en menos de diez segundos.
En la final del Europeo tuvo que luchar duro por la victoria. "Mi salida dejó que desear, pero luego aceleré como un loco. Fue difícil", dijo Lemaitre, quien de joven probó con el fútbol y el rugby. Fue descubierto por su entrenador, Pierre Carras, que le hizo correr en la plaza del mercado. Para cuidar su cuerpo, el 80 por ciento de su entrenamiento lo hace sobre césped.
"Tiene talento, ambición y no es nada engreído", opinó Alain Blondel, ex decatleta francés, sobre la nueva estrella. El protagonista, joven e introvertido, intenta tomarse con calma todo el revuelo en torno suyo. Y quiere más. "Bajar de los diez segundos fue sólo un paso, no un objetivo", afirmó ambicioso Lemaitre, que se considera capaz de acelerar hasta los 9,92 segundos.
domingo, 25 de julio de 2010
sábado, 24 de julio de 2010
SENYERA VALENCIANA, ENSENYA DE TOT LO POBLE.
Esta es la nueva Senyera que han confeccionado nuestros compañeros de lucha del GAV, Grup d'Accio Valencianista. Es la Senyera más grande del mundo, y esta reconocida como tal, pues posee el galardón de Guinness Worl Records. La primera cita que cubrió fue el Aplec de les JJ.GAV, de todo el Reino de Valencia, que se celebró en el pueblo de Beniflá hace escaos días. Nosotros no faltamos al evento.
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